José María Cañadas
El escritor francés Emmanuel Carrère ha conseguido con Limónov, el nombre del personaje real que disecciona con precisión, trazar un retrato biográfico y a la vez el retrato de una época, tanto de Rusia como del mundo occidental. Carrère se enfrenta a la ardua tarea de narrar la peripecia de este huidizo personaje de múltiples caras en sus sucesivas etapas vitales hasta la actualidad. Nacido en la pequeña ciudad de Ucrania de Járkov en 1943, Limónov (nombre que adoptó en sus primeros tiempos), decide huir del mediocre futuro que le espera durante las postrimerías del periodo de estancamiento de la Unión Soviética protagonizado por Breznev. Ansía convertirse en un personaje famoso para huir de ese mundo gris y sin perspectivas y comienza una incipiente carrera literaria en los ambientes underground de Moscú en 1967. Tras una etapa en la capital rusa en la que se relaciona con los disidentes, en 1975 se traslada a Nueva York y adoptando la estética punk de la época, alterna periodos de penuria con otros de fortuna experimentando por un lado, el mundo de las drogas y de la marginalidad y por otro, codeándose con artistas y escritores de la élite del país. Como fruto de estas experiencias, empieza a escribir una serie de libros autobiográficos que poco a poco le harán un hueco en el mundo intelectual neoyorkino. Tras esta etapa, en 1980 se traslada a París introduciéndose en los sofisticados ambientes literarios parisinos, codeándose con los escritores postmodernos de moda, colaborando en la conocida revista de carácter nihilista L´idiote international. Tras esta etapa parisina, en la que conoce a Carrère, el autor de este libro, Limónov que se considera un hombre de acción más que de letras, decide intervenir en los destinos de su patria. Aunque siempre adoptó una postura en contra del poder establecido, nunca comulgó con el entusiasmo por la ideología liberal de muchos de los disidentes y aborrece de las reformas de Gorbachov que al final, abren las puertas al saqueo del país por un grupo de oligarcas. Por esa época funda un partido de marcado carácter nacionalista, el Partido Nacional Bolchevique, de simbología entre fascista y proletaria, que en su extraña mezcla, expresa la profunda desorientación ideológica de muchos antiguos ciudadanos de la Unión Soviética ante la caída del llamado socialismo real. Con este partido intenta alterar el rumbo del país defendiendo el orden constitucional cuando en 1989 los liberales comandados por Yeltsin, en nombre de una peculiar democracia de libre mercado apoyada por Occidente, deciden asaltar de manera sangrienta la Duma para hacerse con el poder. Tras este intento fallido de influir en la política rusa, Limónov, deseoso de volver a la acción encuentra en 1991, con la guerra de los Balcanes, un nuevo teatro de operaciones. Allí combate en las filas serbias contra bosnios y croatas. Una vez finalizada la contienda, Limónov vuelve a Rusia, donde tras una temporada en Altai, acusado de tráfico de armas y de una intentona golpista en Kazajstán, es arrestado al principio del nuevo siglo y pasa una temporada en prisión, acusado de sedición contra el Estado. Su trayectoria personal, en la que tienen gran influencia las mujeres que sucesivamente conviven con él, como podemos apreciar se funde con la de los acontecimientos de su tiempo.
Carrère comienza significativamente su relato con un reencuentro fortuito con el personaje de su libro que, en 2002, acude a una concentración de apenas doscientas personas conmemorando las cerca de 150 víctimas inocentes tras el asalto por parte de la policía al teatro moscovita tomado por un comando checheno. Allí, junto a familiares de las víctimas, rodeados de policía, aparece Eduard Limónov junto a un grupo de muchachos de estética skinhead, militantes de su partido. A partir de ese encuentro Emmanuel Carrère trata de desvelar al enigmático y contradictorio personaje a través de toda su peripecia vital. El escritor no juzga, solo narra su trayectoria, dejando el veredicto sobre el personaje en manos del lector.
Limónov. París 2011. El libro de Emmanuel Carrère (1957), uno de los escritores franceses más reconocidos en la actualidad, ha recibido diversos premios en Francia entre ellos el Prix de prix 2011. La edición española se ha publicado el año 2013 en la editorial Anagrama.